Todo lo que necesita saber sobre los caracoles y las babosas

Los caracoles y las babosas son una plaga que afecta a todos los jardineros del mundo. Estas plagas itinerantes nocturnas aparecen en cuanto brotan las esperadas hojas y frutos comestibles y su presencia se detecta en los daños en las posturas, las perforaciones en las plantas y el rastro baboso de su mucosidad en el césped y el jardín. Para proteger sus plantas de estas plagas destructoras, es necesario comprender bien a lo que se enfrenta.

¿QUÉ SON LOS CARACOLES Y LAS BABOSAS?

Aunque los caracoles y las babosas son plagas comunes de los jardines, no se relacionan mucho con los insectos de los jardines. En el reino animal, estas criaturas pertenecen a una categoría llamada moluscos, que es el mismo grupo al que pertenecen los pulpos y las ostras. Los caracoles y las babosas se clasifican como gasterópodos, “gastro” significa “estómago” y “podo” significa “pie” por lo que este nombre resume muy bien su anatomía. Estos devoradores voraces se arrastran sobre un pie musculoso y se alimentan de las plantas secretando una mucosidad babosa al trasladarse.

Una diferencia visible entre estas plagas emparentadas es que los caracoles tienen conchas protectoras rígidas y externas. Algunas babosas tienen conchas internas suaves o mantos prominentes, mientras otras no tienen absolutamente nada. Tanto las babosas como los caracoles tienen dos tentáculos superiores que sobresalen en la parte frontal de la cabeza y que usan para la visión y el olfato, ya que tienen ojos en los extremos. Los tentáculos inferiores más cortos que se extienden más abajo de la cabeza se ocupan del tacto y el gusto.

Las babosas destruyen rápidamente los cultivos y dejan tras de sí un rastro baboso.

¿DÓNDE HABITAN COMÚNMENTE LOS CARACOLES Y LAS BABOSAS?

Las poblaciones de caracoles y babosas son mayores en los climas cálidos y húmedos. En Estados Unidos, las regiones de las costas atlántica y pacífica son propicias para los caracoles y babosas, siendo la zona del noroeste del Pacífico, la zona tropical y subtropical de Hawái y Florida las regiones más afectadas. Pero estas plagas también son una amenaza para los jardines de climas norteños y más frescos. Desde Maine hasta Minnesota, las babosas y caracoles sencillamente se ocultan durante el invierno para protegerse del frío extremo.

Las conchas protectoras de los caracoles también determinan su ubicación. Para formar conchas apropiadas, los caracoles necesitan calcio, que lo obtienen principalmente del suelo. Esto limita su rango a las zonas donde las condiciones naturales del suelo y el clima se combinan para propiciar la presencia de calcio en el suelo. Estas conchas también les permiten tolerar estos climas más secos. Las babosas sin conchas y menos protegidas no necesitan calcio como los caracoles, pero necesitan humedad, y se desarrollan en zonas muy húmedas.

Muchas de las plagas de caracoles y babosas que afectan a los jardines de Estados Unidos no son nativas de la región donde habitan. Las especies no nativas han sido introducidas en el país —intencionalmente o no— a través de los años y se han adaptado bien y encontrado climas costeros, plantas y cultivos agrícolas de su preferencia. En algunos estados como California y Florida se invierten decenas de millones de dólares cada año para combatir estas plagas invasoras.3

¿QUÉ ATRAE A LOS CARACOLES Y LAS BABOSAS HACIA EL CÉSPED Y EL JARDÍN?

Los jardines y céspedes atraen especialmente a los caracoles y babosas porque suelen ser irrigados o se riegan con regularidad. Los jardines brindan abundantes lugares para refugiarse del sol y el viento que pueden resecar a estas plagas, además de brindarles amplia variedad de hojas y retoños tiernos que suelen ser de su preferencia. Incluso en tiempos de poca lluvia en algunas regiones, estos intrusos se benefician con la humedad de los jardines y céspedes bien atendidos.

Durante los días soleados y los meses cálidos del verano, los caracoles y las babosas se refugian en rincones frescos y húmedos, y salen en las noches o en días nublados o con niebla. Usted los podrá encontrar en su jardín o en los alrededores, en la comodidad y humedad bajo las plantas de cobertura de terreno densas, la maleza desatendida, los escombros de hojas, tablas abandonadas y objetos similares. Si retira estos lugares donde se ocultan, emplea el riego por goteo en lugar de regar desde arriba y siembra plantas resistentes a la sequía que necesitan menos agua, usted puede lograr que su jardín atraiga menos a estas plagas.

Los caracoles y las babosas suelen atacar más a las hierbas tiernas y se alimentan con gran voracidad.

¿QUÉ DAÑOS LES OCASIONAN A LAS PLANTAS LOS CARACOLES Y LAS BABOSAS?

Los caracoles y babosas se alimentan de materia vegetal viva o en descomposición, pero prefieren los retoños de plantas jóvenes y tiernos. Las posturas recién brotadas y los retoños suaves de plantas bien asentadas suelen ser sus primeras víctimas. Las lechugas y las hierbas tiernas como la albahaca también figuran entre sus favoritas, al igual que las plantas de follaje como las hostas. Al alimentarse, los caracoles y babosas crean grandes hoyos de forma irregular pero con bordes muy lisos, a diferencia de los hoyos de bordes desiguales y ásperos que dejan muchos insectos al morder la planta.

El daño de los caracoles y babosas no se limita al follaje y los tallos tiernos; estas plagas se alimentan de los frutos carnosos como las fresas, los tomates e incluso los cítricos. Estas plagas tienden a evitar las plantas de hojas ásperas y aromáticas como el romero. Al carecer del estorbo de las conchas, las babosas también pasan tiempo bajo tierra en busca de humedad, por lo que son una amenaza para los tubérculos, los bulbos y las semillas recién sembradas.

Como los caracoles y babosas se alimentan principalmente de noche, los hoyos y el rastro de mucosidad son la única prueba de su presencia. Un indicio final es el daño extenso ya que estas criaturas glotonas consumen diariamente varias veces su propio peso en materia vegetal y se trasladan hasta 40 pies (12,19 m) en busca de alimento.4 El clima húmedo y moderado de la primavera y fines del otoño son propicios para los daños causados por caracoles y babosas.

A diferencia de los caracoles, las babosas tienen mantos suaves en lugar de conchas externas protectoras.

¿POR QUÉ DEBO CONTROLAR A LOS CARACOLES Y LAS BABOSAS?

Sin bien uno o dos caracoles o babosas no parecen gran cosa, las poblaciones pueden aumentar rápidamente. Los caracoles y las babosas se aparean, pero tienen tanto órganos reproductores masculinos como femeninos; es decir, cada caracol o babosa puede poner huevos. Las babosas comunes pueden poner huevos hasta seis veces por año y hasta 80 huevos en cada ocasión.2 Algunas babosas ponen hasta 500 huevos por año, los que maduran en unos tres a seis meses y comienzan a poner huevos también.4,2 Si no se les controla, serán cientos de plagas nuevas cada año multiplicadas por cada babosa o caracol que vea en su jardín.

Por otra parte, diversos tipos de babosas y caracoles invasores portan parásitos y enfermedades que pueden transmitirse a los animales o personas a través del contacto con el caracol o babosa o con su mucosidad.3 Entre estas se incluyen enfermedades potencialmente letales para las personas como la meningitis eosinofílica. Esto resalta la necesidad de usar guantes siempre que manipule estas plagas y de enseñarle a los niños a no tocar nunca los caracoles y babosas.

Si observa caracoles y babosas en su jardín, usted puede proteger sus plantas del daño que estos ocasionan. Las marcas CORRY'S y Deadline le ofrecen productos de gran efectividad, fáciles de usar y fáciles de entender para controlar a los caracoles y las babosas ya que están formulados especialmente para estos moluscos destructores. CORRY'S está a su disposición para ayudarle a proteger sus plantas, tal y lo como ha hecho por más de 70 años.

Lea siempre las etiquetas de los productos y siga las instrucciones con detenimiento.

Corry's con su diseño y Deadline son marcas comerciales registradas de Matson, LLC.

Fuentes:

1. Dreves, A.J. and Miller, J.C., “Slug Parts,"(Partes de la babosa), Universidad Estatal de Oregón.

2. Flint, M.L. and Wilen, C.A., “Snails and Slugs," (Los caracoles y las babosas), Programa Estatal Integrado para el Control de Plagas de la Universidad de California, noviembre de 2009.

3. Rosetta, R.L., “A Snail Tale,"(Un cuento sobre caracoles), Universidad Estatal de Oregón, agosto de 2004.

4. Rosetta, R.L., “Slugs,"(Las babosas), Universidad Estatal de Oregón, junio de 2005.